El pasado sábado 25 de octubre, un numeroso grupo de miembros de Monte Urba completó una nueva etapa de su recorrido por el Camino de Santiago, cubriendo el trayecto entre Palas de Rei y Melide, con una distancia total de 15,8 kilómetros.
La jornada comenzó a las 7:00 horas con la salida del autobús desde la Plaza del Salvador, en La Bañeza. Todavía de noche y con una temperatura cercana a los 9°C, los caminantes emprendieron viaje hacia Galicia, disfrutando del amanecer al llegar a Vega de Valcarce. Tras una parada para el desayuno, en la que no faltaron el café y el bizcocho, el grupo inició la caminata en Palas de Rei, localidad cuyo nombre, de posible origen francés o latino, ha estado históricamente ligada al Camino Francés.
Durante los primeros kilómetros, una densa niebla envolvía el entorno, creando una atmósfera que hacía parecer que llovía. El recorrido transcurrió por senderos firmes y bien cuidados, cubiertos de hojas, bellotas y castañas, ofreciendo un paisaje otoñal de gran belleza. Los caminantes disfrutaron del contraste de los castaños y cipreses, de los hórreos y cruceiros que jalonan las aldeas, y agradecieron las pasarelas de piedra que les permitieron evitar el barro.
En varios puntos, el grupo cruzó puentes de piedra sobre el río Seco, y pudo contemplar tramos de la antigua calzada romana. Tras pasar por la aldea de Campanilla, el recorrido llevó a O Coto, donde los caminantes aprovecharon para almorzar y reagruparse. Allí se dio el simbólico paso de la provincia de Lugo a la de A Coruña, para continuar el descenso hacia O Leboreiro.
Con energías renovadas, los monteurbistas afrontaron los últimos cinco kilómetros entre suaves subidas y bajadas, atravesando pequeñas aldeas y zonas boscosas. El itinerario finalizó con el cruce del puente medieval de Furelos, antes de alcanzar Melide, punto final de la etapa.
Ya en la localidad, el grupo disfrutó de la reconocida gastronomía melidense, con platos típicos como la empanada, los pimientos verdes, el pulpo, las patatas fritas y un buen vino de la zona, culminando con la tradicional tarta de Santiago.
El regreso a La Bañeza transcurrió en un ambiente de satisfacción y compañerismo. Los participantes destacaron no solo la belleza del recorrido, sino también la excelente convivencia del grupo. Antes de despedirse, los miembros de Monte Urba quedaron citados para la próxima etapa, prevista para el sábado 29 de noviembre.







