El grupo de caminantes de La Bañeza se desplazó el sábado 22 de noviembre hasta Asturias para realizar la segunda etapa de su recorrido por el Camino Primitivo. La jornada comenzó con temperaturas muy bajas y una notable helada, condiciones que no impidieron que los participantes iniciaran su marcha con entusiasmo.
El punto de partida fue la localidad de Premoño, donde habían concluido la etapa anterior. Antes de comenzar, el grupo se reunió en un pequeño bar-tienda recientemente abierto para tomar un café y hacerse la fotografía de rigor. Desde allí iniciaron el descenso por una estrecha vereda pedregosa cubierta por un manto de hojas caídas, un tramo que exigió precaución debido a la abundante vegetación que rodea el valle de Ardaje.
Poco después, los caminantes alcanzaron la ribera del río Nalón, de notable caudal en esta época del año, al que acompañaron durante un buen trecho. La ruta los condujo hasta Peñaflor, una pintoresca aldea donde cruzaron el río para continuar por un camino llano entre huertos, con la localidad de Grado ya visible a lo lejos. Una vez en la ciudad, aprovecharon para detenerse y reponer fuerzas con un nuevo café.
La etapa prosiguió con el cruce de Grado y la salida por una pista que presentaba una acusada subida. El paisaje, intensamente verde y frondoso, ofrecía vistas de montañas nevadas en el horizonte, mientras la temperatura se mantenía agradable para caminar. En este tramo se encontraron con cinco peregrinos procedentes de las Islas Baleares.
El itinerario continuó con nuevos repechos y ascensos hasta permitir divisar el Santuario del Fresno, situado en una colina desde la cual se observa todo el valle. Tras avanzar entre bellos paisajes, el grupo llegó finalmente a La Doriga, donde, a los pies de su antigua y atractiva iglesia, dieron por concluida esta etapa del Camino Primitivo por tierras asturianas.
