El joven natural de Quintana de Marco, José Luis de las Heras Alija, ha sacado a la luz su segundo libro “Exvotos leoneses. La colección del santuario de Nuestra Señora de Castrotierra”.
Este libro es un viaje al corazón devocional y cotidiano de la provincia de León, a través de los exvotos: ofrendas de gratitud dejadas por generaciones de personas humildes en momentos de esperanza, curación o supervivencia. A partir del santuario de Nuestra Señora de Castrotierra, y con una mirada especial a las comarcas bañezanas, esta obra rescata no solo objetos, sino también emociones, creencias y costumbres que hablan del alma de un territorio. A través de un cuidadoso catálogo fotográfico y contextual, se presenta un legado tan visual como humano, que ayuda a comprender el pasado reciente de nuestros pueblos y las profundas transformaciones vividas desde entonces. A través de esta entrevista descubrimos junto al autor los detalles de este nuevo libro.
“Exvotos leoneses. La colección del santuario de Nuestra Señora de Castrotierra” es el titular de tu segundo libro. ¿Qué significa a grandes rasgos este título?
El título concentra el contenido del libro: una amplia introducción sobre los exvotos en la provincia de León, estos son ofrendas que la gente dejaba en las ermitas, iglesias y santuarios en acción de gracias tras haberse curado de una enfermedad, haberse librado de un accidente, etc. Esta es la primera parte de la obra.
Una segunda parte, la más importante, trata de catalogar todos aquellos exvotos del santuario de Castrotierra que se han conservado, algunos en ese mismo lugar y la gran mayoría en el Archivo Diocesano de Astorga. Por último, he querido añadir una pequeña colección de la ermita de la Merced de Priaranza de la Valduerna, otra localidad cercana que cuenta con muestras muy interesantes de este asunto.
¿Cómo resumirías o explicarías a la gente de que trata para animarles a leerlo?
El libro habla sobre un pasado cercano a nosotros tanto en el tiempo, pues la mayoría son del siglo XIX y principios del XX, como en el territorio, la provincia de León y especialmente las comarcas de La Bañeza. Los más mayores recordarán muchas de las cosas que se hablan, y los más jóvenes podrán ver cuáles eran las creencias y preocupaciones de sus antepasados.
No trata de grandes poderosos, sino de la gente sencilla de los pueblos. Además mucha gente, especialmente de la Valduerna o la Vega del Tuerto y el Órbigo encontrarán fotografías de sus familiares, incluso padres y abuelos, que dejaron en el Santuario en acción de gracias, se retiraron y han quedado guardadas hasta ahora.
¿Cómo ha sido el trabajo previo de investigación para llegar a plasmar los conocimientos en este libro?
Hay un trabajo muy importante, tanto en kilómetros recorriendo diversos pueblos de la provincia y otras cercanas en busca de estos objetos; como en lectura y revisión bibliográfica de lo que hay publicado, no solo en España, sino también en Portugal, Italia, Francia, México…, etc.
También varios días en el Archivo Diocesano, donde afortunadamente fueron a parar una gran cantidad de fotografías y cuadros del santuario, midiéndolos, catalogándolos, guardándolos debidamente, todo ello gracias al empeño y ayuda de D. Miguel Ángel González, el director del archivo y la auxiliar Silvia Cobos.
A través de tus redes sociales has señalado que cuando hace un par de años escribiste un sencillo correo al Archivo Diocesano de Astorga jamás pensaste que con el tiempo se traduciría en tu segundo libro. ¿Cómo surgió la oportunidad de poder escribirlo y que hoy sea una realidad?
Conocía la existencia de estos exvotos en el archivo, pues estaba publicado que se encontraban allí. Debido al interés en el asunto escribí al Archivo preguntando si seguían allí y si era posible verlos.
A raíz de eso comenzó el proceso de catalogación que derivó en el grueso del libro. La publicación se hizo realidad gracias a la Cátedra de Estudios Leoneses de la Universidad de León, que decidió incluirlo en la colección Xeira/Yera de estudios sobre el patrimonio de León.
Escribir sobre el pasado y este tipo de libros, ¿es muy complicado para mantener viva la historia?
Transmitir los conocimientos y hacerlo de una forma amena y entendible para el gran público puede suponer un reto para el escritor. El resultado, si se hace bien, contribuye a mantener viva la historia.
En este libro haces referencia a los cambios de costumbres, formas de vida, entre otros, que se están produciendo. ¿Cuáles son los más significativos?
En el caso de los exvotos especialmente, se ha avanzado mucho en seguridad, medicina, higiene, por lo que hoy en día no estamos expuestos a tantos peligros como hasta mediados del siglo XX. Por otro lado, todo nos recuerda un mundo pasado y casi ajeno a nosotros, para hacerte una fotografía debías acudir a los estudios de La Bañeza o Astorga, el Servicio Militar era obligatorio, han cambiado las modas en el vestir, los trabajos agrícolas están completamente mecanizados, el medio rural se encuentra mucho más despoblado, etc. El cambio ha sido radical en los últimos 100 años.
Gran referencia al santuario de Nuestra Señora de Castrotierra y por tanto a las Tierras Bañezanas. ¿Cuáles son algunas de las curiosidades más llamativas con las que te has encontrado al redactar este libro?
En el libro puede hacer un repaso muy interesante por los conflictos de los siglos XIX y XX y cómo nuestros antepasados los afrontaron, es muy llamativa alguna explicación que hacen de sus situaciones en el conflicto. Son muy llamativas también las fotografías donde los protagonistas posan con la indumentaria tradicional de sus lugares y que permiten ver diferencias entre comarcas o la llegada de nuevas modas.
En cuanto al resto de exvotos hay algunos muy curiosos a los que hago referencia de Quintana del Marco, de un señor al que se le morían los bueyes, un militar de Jiménez que sufrió un naufragio, o un vecino de Castrocontrigo que tuvo un accidente mientras hacía la vía del tren en Carmona (Sevilla). Muchas de estas piezas terminan sacándote una sonrisa por su ingenuidad y humildad.
El libro no sólo cuenta con explicaciones sino también con imágenes que apoyan esas reflexiones y muestran los cambios hasta la actualidad ¿no?
Sí, es un libro fundamentalmente de fotografías, como un catálogo. Una imagen vale más que mil palabras y además, considero que muchas veces las explicaciones son repetitivas e incluso innecesarias, si puedes añadir una buena fotografía.
¿Estás trabajando en el siguiente libro?
Sí, espero que pronto vea la luz.







