La Junta Vecinal de Huerga de Garaballes ha alzado la voz frente a la preocupante situación de la iglesia de la localidad, cuyo arco de entrada amenaza con derrumbarse. Los vecinos critican la aparente indiferencia del obispado de Astorga, que, a pesar de la gravedad de la situación, no ha tomado medidas efectivas para solucionar el problema.
Desde hace meses, la estructura del templo ha mostrado un deterioro progresivo, con numerosas grietas y roturas en el ladrillo de soporte, que han provocado desprendimientos de pintura y cemento.
Esta iglesia, construida en piedra de mampostería en el siglo XVI, es considerada una de las más destacadas de la diócesis, albergando en su interior un retablo del siglo XVII y una valiosa virgen románica, piezas clave del patrimonio cultural de la región.
A pesar de la importancia histórica y artística del edificio, la respuesta del obispado ha sido limitada. Según denuncian los vecinos, únicamente se ha enviado a un arquitecto para evaluar la situación, pero se ha rechazado financiar o elaborar un proyecto de rehabilitación. En su lugar, la única solución ofrecida ha sido cerrar el templo de manera indefinida, una medida que la comunidad considera insuficiente y perjudicial.
“La pasividad del obispado no solo pone en riesgo nuestro patrimonio, sino también la seguridad de los vecinos que diariamente pasan cerca del templo”, advierte la Junta Vecinal, que busca visibilizar este problema y exigir una intervención inmediata.
Los habitantes de Huerga de Garaballes temen que el abandono de esta emblemática iglesia desemboque en un desastre, y piden el compromiso de las autoridades eclesiásticas para preservar un bien que consideran fundamental para la identidad de la localidad.