La Bañeza vivió este viernes por la noche una velada para el recuerdo con motivo de la Charla Coloquio 4.0 del Gran Premio de La Bañeza LXIV, organizada por la Peña Old School en la calle Santa Elena, frente al emblemático graffiti de Ángel Nieto.
Bajo la conducción de Juan Puche Aguilera, el acto reunió a reconocidas figuras del motociclismo, quienes compartieron experiencias, recuerdos y emociones con el público. Entre los invitados estuvieron José Bocija (Clásicas 2T), Alejandro Fernández Mancebo (Clásicas 4T), Sergio de Gracia (Eurotwin), Alejandro Escudero y Helder T. Fernandes (125), Pablo Cabero y Marco Díaz (Moto3), además de Víctor López, conocido por su participación en el TT de la Isla de Man, quien intervino por llamada ya que no llegará a la ciudad hasta este sábado.
Víctor López, aficionado desde niño, confesó que este año iba a participar en la carrera, pero un accidente sufrido hace dos semanas le ha impedido estar físicamente preparado. Será sustituido por Sergio Romero y destacó que “La Bañeza es la carrera más grande de nuestro país, la más importante por el ambiente y la cercanía del público”.
En Clásicas 2T, José Bocija habló de cómo su afición creció con los años y de la magia que se vive en la ciudad: “Lo especial de La Bañeza es la gente; lo que se vive aquí es otra cosa”.
El vallisoletano Alejandro Fernández Mancebo, muy querido por la afición local y con más de dos décadas de trayectoria, afirmó emocionado: “Mi moto ya no es mía, es de La Bañeza”. Para él, el circuito es alma pura y su lugar más especial es la recta, donde vivió su abuela. “Espero ver a mi hijo participar aquí”, añadió, mientras él le describía como su referente tanto en la moto como en la vida.
El asturiano Sergio de Gracia, que debutó en La Bañeza en 2024, llegó este año con el objetivo de homenajear a su padre. “Trabajo 51 semanas para este fin de semana”, dijo visiblemente emocionado, recordando que en la calle Santa Elena reposan las cenizas de su progenitor y el recuerdo de Ángel Nieto.
Alejandro Escudero, participante desde 2016, definió la experiencia como un privilegio: “Cada curva tiene gente animándote aunque no te conozca”. Para él, el reto es siempre terminar y disfrutar del ambiente.
Desde Portugal, Helder Tomás Fernandes, con más de veinte años de experiencia, subrayó que el público bañezano es incomparable. En 2025 sueña con ganar y dedicar el triunfo a su padre.
El bañezano Pablo Cabero vive correr en casa como un sueño hecho realidad: “Es mi circuito”. Su punto más especial es la curva del Ulises, donde siente el calor del público y su gente.
Por su parte, Marco Díaz llegó atraído por la singularidad de un circuito urbano y, tras recibir la oportunidad de un equipo portugués, asegura que 2025 es el año en el que más preparado está, aunque reconoce que “ganar está difícil”.
Con testimonios cargados de emoción y admiración por la ciudad, la Charla Coloquio 4.0 volvió a confirmar que el Gran Premio de La Bañeza no es solo una carrera: es una tradición viva que late en cada curva y en cada aplauso.



















